jueves, 28 de enero de 2016

La ciencia como un pilar fundamental en la formación de ciudadanos del siglo XXI





En un muy interesante artículo de Blanco (Blanco López, 2004) se hace una completa reflexión acerca del impacto de la educación científica y la divulgación de la ciencia, donde se manifiesta que estamos en una era de constante evolución en la que la información, tanto para jóvenes como para adultos, está disponible a la velocidad de un click y donde la construcción de criterios para analizar la veracidad de lo que se encuentra es una de las tareas más importantes para tener ciudadanos capaces de tomar decisiones con criterio.

Es clara que la influencia de los medios de comunicación es bastante fuerte sobre la sociedad, casi que la verdad acerca de un tema está supeditada a lo que los periodistas reporten acerca del mismo. Hay un problema real en cuanto existan falencias en la formación de los profesionales que trabajan en la divulgación de la información, ya que los reportes que escriben se encuentran sesgados por la ignorancia que puedan tener con respecto al contenido tratado.

Queda en evidencia entonces la importancia de que los lectores se formen apropiadamente para que a la hora de emitir un juicio, tengan los elementos suficientes que permitan la toma de una decisión con argumentos valederos. 

El término ciencia ha sido utilizado desde los años 70 como fruto de los resultados que se obtenían de la enseñanza de la ciencia y del análisis de la creciente influencia en la sociedad (Fensham, 1985) y actualmente se presenta como de las más importantes incidencias en el mundo. 

Sin embargo existe un reto para alfabetizar a las personas científicamente, a pesar de ser uno de los objetivos de la educación de los países occidentales, porque la realización de la transposición didáctica (Marín Martínez, 2003) es bastante compleja y resulta muchas veces difícil de equilibrar los aspectos científicos con los aspectos educativos, porque se debe hacer la readaptación de la información de acuerdo al nivel de enseñanza.

Aprovechando, en el contexto divulgativo, los medios de comunicación también se pueden utilizar como herramientas para generar el aprendizaje y con esto causar un impacto significativo a gran escala. Esto sería importante para la ciudadanía ecuatoriana donde los índices de formación en el área de las Ciencias Naturales son muy bajos.

Bibliografía

Blanco López, Á. (2004). Relaciones entre la educación científica y la divulgación de la ciencia. Revista Eureka Sobre Enseñanza Y Divulgación de Las Ciencias, 70–86.
Fensham, P. J. (1985). Science for all: A reflective essay. Journal of Curriculum Studies, 17(4), 415–435.
Marín Martínez, N. (2003). Conocimientos que interaccionan en la enseñanza de las ciencias. In Enseñanza de las Ciencias (Vol. 21, pp. 65–78).

jueves, 14 de enero de 2016

Herramientas tecnológicas como apoyo a la investigación cualitativa




El desarrollo de la tecnología ha impactado todos los ámbitos de nuestra vida y la investigación no es ajena a este. El uso correcto de las herramientas TIC’s puede darnos un agregado al estudio que estemos realizando, haciendo más efectiva la búsqueda y la categorización de la información que se encuentre.

Sin embargo, siempre se plantea que debemos ser usuarios de esas herramientas, no ser usados por ellas, cuando dejamos que un software “realice” el trabajo que nosotros tenemos que hacer, y se obtienen resultados que no son del todo claros para el investigador. La correcta lectura de las guías de uso nos dan las luces para que verdaderamente saquemos provecho de las facilidades con los que cuentan los programas actuales, para que no nos volvamos víctimas de los softwares que instalamos.

Para realizar una investigación se requiere consultar grandes cantidades de información, y con frecuencia, no organizamos bien los artículos, blogs, tesis, videos, conferencias, ponencias que examinamos. Esto hace que cuando nos damos cuenta tenemos un gigantesco número de archivos sin ningún tipo de código que nos permita saber de qué se trata sin necesidad de leer toda la información que contiene. Por eso es muy importante organizar la información que se consulta en la medida que se va encontrando y no esperar hasta el final del proceso doctoral, cuando el volumen de información es bastante significativo y casi imposible de clasificación.

Personalmente, utilizo una herramienta para la organización de la bibliografía que se llama Mendeley (Elsevier, 2008) que es una aplicación web y de escritorio gratuita. Esta permite gestionar y compartir referencias bibliográficas y documentos de investigación de manera bastante intuitiva y sencilla, la que me ha ayudado significativamente a llevar de forma organizada todas las consultas que he hecho en investigación a todo nivel.

En el artículo de Hernández (Hernández Castilla & Opazo Carvajal, 2010) hablan acerca de ATLAS.ti que se vende, según su Guía Rápida, para el usuario como: “Una mesa de trabajo bien diseñada que le ofrece los instrumentos necesarios para analizar y evaluar, buscar y consultar sus datos minuciosamente, para capturar, visualizar y compartir sus hallazgos” (Friese, 2013), lo cual me parece bastante prometedor para un software de investigación. Hasta el momento cuento con la versión de prueba y estoy tratando de familiarizarme con ella.

La tecnología puede ser nuestra mejor amiga o nuestra peor enemiga de acuerdo a como la utilicemos. Por ahora les invito a evaluar estas dos propuestas señaladas en el blog para emplearlas como herramientas para investigación.



Bibliografía

Elsevier. (2008). Mendeley. Retrieved from https://www.mendeley.com.

Friese, S. (2013). Guía Rápida de ATLAS.ti 7. Dra. Susanne Friese.


Hernández Castilla, R., & Opazo Carvajal, H. (2010). Apuntes de Análisis Cualitativo en Educación. Madrid: Recuperado de https://www.uam.es/personal_pdi/stmaria/jmurillo/Met_Inves_Avan/Materiales/Apuntes_Cualitativo.pdf

jueves, 7 de enero de 2016

Validez en la investigación cualitativa: la mejor forma de “medir” la veracidad





El concepto de validez para cualquier tipo de investigación es de suprema importancia debido a que le da el respaldo necesario para saber si la propuesta que está haciendo dando la resolución a un problema funciona o no, o si las herramientas que se están utilizando para la realización de un estudio determinado funcionan o no y en esencia responde a saber si la investigación es útil o no lo es. Por lo que es indiscutible que se deben tener en la cuenta a la hora de realizar la propuesta a la solución a una determinada situación que se cumpla con lo denominado como criterios de validación. Frecuentemente se relaciona la validez con la veracidad, haciendo que cumplir con esos determinados criterios sea fundamental para darle la credibilidad necesaria para la investigación que se esté realizado, por lo que es innegociable.
Sin embargo, según lo expuesto por Sandín (Sandín Esteban, 2000) en su interesante artículo, existen diversas posturas para establecer dichos criterios dando un grado de complejidad significativo al establecimiento de un estándar que se vuelve además un poco más complicado debido a la época que estamos viviendo donde, permanece la guerra entre los paradigmas cualitativos y cuantitativos donde, además, existe un surgimiento significativo de los neopositivistas.
Según Olabuénaga (Olabuénaga, 2012) en su libro, la validez ayuda a responder si lo que se está averiguando con la investigación es verdadero por lo que es de vital importancia. Junto con la fiabilidad, la consistencia interna y la precisión se constituyen como los parámetros que establecen el control de calidad del estudio que se realice.
En un análisis realizado por Moral (Moral Santaella, 2006) se dice que la propuesta de muchos investigadores cualitativistas es evaluar la efectividad y la validez en un estudio teniendo presente,  la aplicabilidad y la respuesta que dé a las necesidades del grupo social que se esté estudiando para mostrar su verdadera utilidad.
Es necesario entonces para la investigación que realicemos para nuestro doctorado que no solo cumpla con los criterios de validez sino que también sea útil para que logre causar un impacto positivo en el grupo social que se esté estudiando.

Bibliografía:

Moral Santaella, C. (2006). Criterios de validez en la investigación cualitativa actual. Revista de Investigación Educativa, 24(1), 147–164.
Olabuénaga, J. I. R. (2012). Metodología de la investigación cualitativa (Vol. 15). Universidad de Deusto.
Sandín Esteban, M. P. (2000). Criterios de validez en la investigación cualitativa: de la objetividad a la solidaridad. Revista de Investigación Educativa, 18(1), 223–242.