La ética siempre ha sido un tema de que se trata con pinzas en
cualquier profesión e inclusive desde cualquier ámbito de la vida debido a que
el establecimiento de códigos que funcionen de manera estándar para todas las
personas que viven en la sociedad no es nada fácil, por lo que estos parámetros
se desarrollan en la medida en la que va creciendo el individuo, dependiendo
del entorno en el que nace, la familia que tiene, el sitio en el que estudia,
los docentes que imparten sus clases, las amistades y un gran número de
factores que van a influenciar la forma de actuar y de decidir.
En el ámbito de investigación, especialmente cuando se trata del
ámbito social, se hace un tema aún más espinoso debido a que cuando se está
realizando este tipo de estudios se invade, en algún grado, la vida privada de
las personas resultando en casos que pueden suscitar violaciones sistemáticas
de los principios morales, sin embargo, como se explicaba anteriormente la
falta de uniformidad en el establecimiento de los límites, hace que existan
conflictos muchas veces entre el investigador y los sujetos involucrados en la
investigación haciendo que se genere un dilema ético.
Para evitar que se generen este tipo de inconvenientes, y que
desafortunadamente en el pasado se presentaron en varias ocasiones como en las
investigaciones biomédicas durante la Segunda Guerra Mundial, se postuló el informe Beltmont, donde se dan
tres preceptos éticos primordiales cuya intención es asegurar que la
investigación con sujetos humanos se lleve a cabo en forma (Belmont, 2014). Los preceptos son:
1. Principio de beneficencia: que
se refiere particularmente a que sobre todo, no hacer daño.
2. Principio de respeto a la
dignidad humana: con el derecho a decidir voluntariamente su participación y a
tener un conocimiento de la información que le permita emitir juicios.
3. Principio de justicia: donde el
involucrado debe tener derecho al trato justo y equitativo y a la vida privada.
En la investigación en Educación, indudablemente, se involucran
seres humanos, si no en todas, en cualquiera de las fases en las cuales se hace
el estudio, por lo que estamos obligados a conocer estos principios para poder
realizarlos de la mejor manera, para lograr la meta de obtener resultados sin
llegar a violar los derechos fundamentales de las personas que se involucren
para su consecución, eso no solamente nos hace unos buenos investigadores si no
que también nos hace ser personas en todo el sentido de la palabra. Ser
conscientes en lo que realizamos en cada
una de las etapas de la investigación sin forzar a que los resultados se
den, por creer, que un resultado negativo no es un buen resultado, nos puede
poner en ciertas ocasiones, entre la espada y la pared, pero ante todo, se debe
mantener la ética como un elemento sine
qua non podemos realizar nuestra investigación.
Bibliografía
Belmont, I. (2014). Principios y Guías éticos para la
protección de los sujetos humanos de investigación. Comisión Nacional Para
La Protección de Los Sujetos Humanos de Investigación Biomédica Y Del
Comportamiento. USA, 18.
Maraví, T. R. M. (2007). Contexto ético de
la investigación social. Investigación Educativa, 11(19), 137–152.
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